Héctor García-Rodicio
Departamento de Educación, Universidad de Cantabria, España
Un estudio con más de 1600 familias, publicado el pasado año 2021, encontró una asociación significativa entre la presencia de un perro en el hogar y un mejor desarrollo emocional y social de los niños. Una revisión sistemática de 2017, tras examinar 22 estudios, concluyó en el mismo sentido. Parece, pues, que la convivencia con un perro es beneficiosa para el desarrollo socio-emocional infantil. En este artículo exploramos el posible mecanismo que explicaría el fenómeno: la existencia de una relación de apego bidireccional niño-perro, en la que ambos ejercen como cuidador del otro. Estudios recientes explorando el comportamiento social de los perros así lo confirman.