Elvira García-Bajos y Malen Migueles
Facultad de Psicología, Universidad del País Vasco UPV/EHU, España

(dp) Hannes Edinger.
La memoria autobiográfica nos permite viajar mentalmente al pasado y recrearnos en eventos futuros. Muchas experiencias son triviales, pero las vivencias emocionales dan significado a nuestras vidas. Tenemos gran tendencia a recordar más hechos positivos que negativos de nuestra vida. Investigaciones recientes muestran también que estamos motivados a olvidar las experiencias negativas, poniendo énfasis en los procesos inhibitorios. El control inhibitorio puede prevenir que hechos negativos, experiencias que nos generan tristeza y preocupación, accedan a la conciencia. La ayuda para desterrar acontecimientos negativos pasados o futuros de nuestra mente puede tener una repercusión importante en las terapias cognitivas.



¿Cómo somos las personas capaces de pensar sobre cosas que jamás hemos podido ver o tocar? La ciencia está llena de conceptos e ideas abstractas como por ejemplo campo electromagnético. Pero también la vida cotidiana está plagada de conceptos sin un referente tangible, como justicia, amor o, como en el caso que nos ocupa en este artículo, la idea de tiempo. Exponemos aquí algunas de las estrategias que utiliza nuestro cerebro para poder entender, manipular, y sentir algo que, de forma racional, no deja de ser un constructo con la etiqueta «tiempo».