Elvira Salazar (a) y Emilio G. Milán (b)
(a) Dept. of Human Movement Science, Technical University of Munich, Alemania
(b) Centro de investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, Universidad de Granada, España
Las emociones se perciben con frecuencia en el cuerpo y la cara, donde se hace manifiesto que los cambios fisiológicos surgen de los estados emocionales. La temperatura, siendo un indicador fisiológico, puede emplearse también como marcador psicológico. En nuestro laboratorio hemos demostrado que existe una huella térmica específica asociada a diferentes estados emocionales básicos, como la alegría o el dolor, o a estados emocionales más complejos, como la empatía o el amor. La termografía se presenta como una técnica prometedora para avanzar en el conocimiento de los mecanismos psicológicos que subyacen al comportamiento humano.