Belén Gago, Manuel Perea y Ana García-Blanco
Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari i Politècnic “La Fe” y Universidad de Valencia, España
El trastorno bipolar se caracteriza por una desregulación de las emociones que conlleva distorsiones en el procesamiento de la información congruentes con el estado de ánimo: estos pacientes prefieren atender a la información positiva durante la manía y a la negativa durante la depresión. Sin embargo, evidencia reciente ha mostrado que las preferencias atencionales en este trastorno son más complejas de lo que se pensaba originalmente. Estos estudios han mostrado que los pacientes con trastorno bipolar prefieren atender a la información amenazante incluso durante los periodos sin síntomas. Estos resultados proporcionan nuevas vías de investigación para el tratamiento del trastorno bipolar.
El trastorno bipolar se caracteriza por la sucesión de episodios de depresión, manía y eutimia (ausencia de síntomas), que conllevan alteraciones en el procesamiento de la información incluso durante las fases asintomáticas (Leyman, De Raedt y Koster, 2009). El modelo cognitivo de Beck (1976) ha sido la aproximación teórica más empleada para explicar dichas alteraciones. Desde este enfoque, se postula que los pacientes con trastorno bipolar muestran un sesgo en el procesamiento de la información congruente con su estado de ánimo. Es decir, la forma en que atienden, interpretan o recuerdan la información afectiva coincide con su estado anímico: preferencia por lo triste en la depresión y por lo alegre en la manía.
Diversos estudios experimentales han hallado resultados coherentes con dicho modelo, mostrando que durante la depresión los pacientes atienden más a los estímulos tristes, mientras que durante la manía atienden más a los estímulos alegres (García-Blanco, Perea y Livianos, 2013). Asimismo, investigaciones recientes han mostrado que los pacientes con trastorno bipolar presentan dificultades para ignorar la información congruente con su estado de ánimo (García-Blanco, Perea y Salmerón, 2013).
No obstante, el procesamiento emocional en el trastorno bipolar posiblemente es más complejo de lo que se pensaba originalmente. Un primer ejemplo es el experimento de movimientos oculares de García-Blanco, Salmerón, Perea y Livianos (2014) con una tarea de visualización libre. En ella, los pacientes tenían que mirar libremente las imágenes que aparecían en una pantalla, como si estuvieran viendo la televisión o un álbum de fotos. Se presentaron simultáneamente cuatro imágenes (alegre, triste, amenazante y neutra) a pacientes con trastorno bipolar en los diferentes episodios de la enfermedad (manía, depresión y eutimia) y a participantes sin patología (véase la Figura 1).
Más que mostrar un sesgo hacia las imágenes tristes, los pacientes con trastorno bipolar en episodio depresivo miraban durante menos tiempo las imágenes alegres que los participantes sin patología. La menor atención hacia la información alegre es coherente con los sentimientos de anhedonia (es decir, la disminución de la capacidad para experimentar placer) y de vacío propios de los episodios depresivos. Pero el hallazgo más novedoso fue que estos pacientes, independientemente del tipo de episodio en que se encontrasen, miraban durante más tiempo la imagen amenazante que los participantes sin patología (véase la Figura 2).
Estos resultados sugieren la presencia de esquemas cognitivos disfuncionales basados en la amenaza en los pacientes con trastorno bipolar. Este sesgo hacia la amenaza en estos pacientes no guardó relación con sus niveles de ansiedad. Más bien, este sesgo apoya los postulados teóricos que abogan por un componente sintomático de naturaleza psicótica y paranoide en el trastorno bipolar, que sería diferente al de otros trastornos afectivos (Mansell, Morrison, Reid, Lowens y Tai, 2007).
A la luz de estos resultados, se realizó un estudio posterior (García-Blanco, Salmerón y Perea, 2015) para cuantificar individualmente los sesgos hacia cada tipo de imagen emocional. Piénsese que la competencia entre tres estímulos emocionales en la tarea empleada por García-Blanco y col. (2014) impedía conocer la influencia de cada emoción por separado. Al igual que en el experimento anterior, se registraron los movimientos oculares de pacientes con trastorno bipolar en cada uno de los episodios, pero esta vez mientras veían simultáneamente dos imágenes: una escena (alegre, amenazante o neutral) y un objeto neutral (Figura 3).
Nuevamente, al igual que en el experimento de García-Blanco y col. (2014), los pacientes con trastorno bipolar atendieron más a los estímulos amenazantes que los participantes sin patología, independientemente de la fase del trastorno en la que se encontraran (véase la Figura 4).
En definitiva, cuando los pacientes con trastorno bipolar procesan libremente información emocional muestran una preferencia por atender a escenas amenazantes incluso cuando están en episodios asintomáticos. Por tanto, el sesgo hacia la información amenazante podría ser considerado un marcador de vulnerabilidad para el trastorno bipolar. En esta línea, Wessa y col. (2007) encontraron una sobreactivación de las áreas fronto-estriadas del cerebro durante el procesamiento de información amenazante en pacientes bipolares, tanto sintomáticos como asintomáticos. Este sesgo atencional permanente hacia la información amenazante en el trastorno bipolar podría llevar a replantear los postulados iniciales de los modelos cognitivos para este trastorno, dado que el procesamiento de lo amenazante parece ser un rasgo del trastorno, más allá de los sesgos congruentes con el estado de ánimo.
Sin duda, los avances en la investigación del procesamiento de la información en el trastorno bipolar tienen implicaciones tanto básicas como aplicadas. A nivel teórico, el procesamiento anormal de la información amenazante puede postularse como un rasgo de vulnerabilidad implicado en la desregulación emocional que caracteriza este trastorno (Leyman y col., 2009). A nivel de intervención, el entrenamiento de los sesgos atencionales hacia estímulos amenazantes en distintos episodios de la enfermedad podría resultar efectivo en su tratamiento (García-Blanco y col., 2014).
Referencias
Beck, A. T. (1976). Cognitive Therapy and the Emotional Disorders. New American Library, New York.
García-Blanco, A. C., Perea, M. y Livianos, L. (2013). Mood-congruent bias and attention shifts in the different episodes of bipolar disorder. Cognition and Emotion, 27, 1114–1121.
García-Blanco, A. C., Perea, M. y Salmerón, L. (2013). Attention orienting and inhibitory control across the different mood states in bipolar disorder: An emotional antisaccade task. Biological Psychology, 94, 556–561.
García-Blanco, A. C., Salmerón, L. y Perea, M. (2015). Attentional capture by emotional scenes across episodes in bipolar disorder: Evidence from a free-viewing task. Biological Psychology, 108, 36–42.
García-Blanco, A. C., Salmerón, L., Perea, M. y Livianos, L. (2014). Attentional biases toward emotional images in the different episodes of bipolar disorder: An eye-tracking study. Psychiatry Research, 215, 628–633.
Leyman, L., De Raedt, R. y Koster, E. H. W. (2009). Attentional biases for emotional facial stimuli in currently depressed patients with bipolar disorder. International Journal of Clinical and Health Psychology, 9, 393–410.
Mansell, W., Morrison, A. P., Reid, G., Lowens, I. y Tai, S. (2007). The interpretation of, and responses to, changes in internal states: An integrative cognitive model of mood swings and bipolar disorders. Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 35, 515–539.
Wessa, M., Houenou, J., Paillère-Martinot, M. L., Berthoz, S., Artiges, E., Leboyer, M. y Martinot, J. L. (2007). Fronto-striatal overactivation in euthymic bipolar patients during an emotional go/nogo task. The American Journal of Psychiatry, 164, 638–646.
Manuscrito recibido el 9 de agosto de 2016.
Aceptado el 27 de noviembre de 2016.