Ana María Rojo López
Dept. de Traducción e Interpretación, Universidad de Murcia, España
Cuando traducimos una historia a otra lengua, la transmisión de sus efectos se complica al incluir la figura del traductor en la cadena. El traductor se implica narrativa y emocionalmente en la historia origen para reconocer los efectos generados en la lengua original y reconstruir la historia en otra lengua de modo que permita a sus lectores implicarse de forma similar. El presente artículo esboza los resultados de estudios que investigan cuatro factores que influyen en el proceso de implicación del traductor y sus consecuencias sobre el producto traducido: la dirección de la traducción, los hábitos de trabajo del traductor, sus creencias ideológicas y el impacto del contexto socio-cultural de la traducción.