Javier Valenzuela
Dept. de Filología Inglesa, Universidad de Murcia, España
Cuando conversamos con alguien, no solo procesamos las palabras que emite, sino que prestamos atención a la entonación, gestos manuales, expresiones faciales, dirección de la mirada, postura corporal, etc. Aparentemente, este incremento de señales de distinto tipo (multimodales) debería complicar el proceso comunicativo, ya que tenemos que atender a una cantidad mayor de información y de índole más variada. Sin embargo, todos los estudios apuntan a que la conjunción de señales de distintas modalidades son una ayuda más que un problema a la hora de descubrir el mensaje que se nos quiere comunicar.