Rui M. Paulo (a), Karlos Luna (b), Pedro B. Albuquerque (a)
(a) School of Psychology, University of Minho, Portugal
(b) Dept. of Psychology, Suleyman Sah University, Turquía
La entrevista cognitiva está considerada como una de las técnicas más eficaces para mejorar la calidad de la declaración de un testigo. Inicialmente incluía cuatro técnicas: reinstauración del contexto, contarlo todo, cambio de perspectiva y cambio de orden, pero se han introducido otras nuevas, dando lugar a la entrevista cognitiva mejorada. Esta nueva entrevista, además de mejorar la calidad de la declaración de los testigos, también parece ser útil para otros propósitos, como detectar mentiras, o para mejorar el bienestar mental de las víctimas. Repasamos brevemente la investigación existente y las técnicas más relevantes para ambos tipos de entrevista.
En la mayoría de las investigaciones policiales la información obtenida de los testigos suele ser vital para la correcta resolución del caso. Sin embargo, la declaración de un testigo durante un interrogatorio puede no corresponderse con lo que recuerda. Además de eso, técnicas de interrogatorio deficientes pueden reducir la cantidad de información relevante obtenida y aumentar la cantidad de información incorrecta.
Para evitar este problema, Geiselman y cols. (1984) desarrollaron la entrevista cognitiva, que en la actualidad es aceptada como una de las técnicas más efectivas para mejorar la declaración de un testigo. Diferentes investigaciones han mostrado que esta técnica aumenta la cantidad de información correcta recordada por el testigo sin que a su vez aumente significativamente la cantidad de información incorrecta (Fisher, Milne y Bull, 2011). La entrevista cognitiva ha demostrado ser eficaz en diferentes países (EE.UU., Reino Unido, Alemania o Brasil), con diferentes tipos de testigos (niños, adultos o personas mayores) y diferentes intervalos temporales entre el evento a recordar y el interrogatorio (desde unos pocos minutos hasta varios días), tanto en laboratorio como en estudios de campo.
En su primera versión la entrevista cognitiva incluía cuatro técnicas: reinstauración del contexto, contarlo todo, cambio de perspectiva y cambio de orden. La reinstauración del contexto se basa en que la recuperación de información de la memoria es mejor cuando se recrea el contexto del acontecimiento original durante el interrogatorio. Durante esta fase el interrogador pide al testigo que recree mentalmente la escena del crimen y su estado psicológico, cognitivo y emocional. Esto se consigue pidiéndole que cierre los ojos y que se sitúe a sí mismo de nuevo en la escena del crimen.
La técnica de contarlo todo consiste en pedir al testigo que cuente todo lo que recuerde sobre el crimen, aunque sean detalles triviales. Como nuestra memoria está compuesta de unidades de información asociadas, recordar un detalle irrelevante puede ayudar a recordar otras informaciones relevantes.
La técnica del cambio de perspectiva consiste en pedir al testigo que recuerde el acontecimiento desde una perspectiva diferente. Por ejemplo, si el testigo está muy nervioso, pedirle que recuerde desde una perspectiva más tranquila como antes de que se diera cuenta de que se estaba cometiendo un crimen. Esta técnica permite aumentar la cantidad de información en la declaración, especialmente información periférica (p. ej., sobre la conducta de otros testigos durante el delito).
Por último, la técnica de cambio de orden consiste en pedir al testigo que cuente el acontecimiento en un orden diferente al cronológico, por ejemplo, empezando desde el final. Mediante esta técnica es posible que se recuerde información pasada por alto al contar el suceso en orden cronológico, mejorando la exactitud global de la declaración. Según Vrij y cols. (2008), esta técnica podría también servir para detectar mentiras, porque ambas tareas, contar algo en orden inverso y mentir, exigen un gran esfuerzo cognitivo. Para el testigo deshonesto es más difícil crear una mentira coherente y plausible cuando está realizando a su vez otra tarea igualmente exigente.
Unos años después, Fisher y Geiselman (1992) propusieron incluir en la entrevista factores sociales y comunicativos. La policía normalmente ignora los sentimientos de los testigos porque los considera irrelevantes para el interrogatorio, aunque su bienestar afecta directamente a la calidad del testimonio. Por este motivo se incluyeron varias nuevas técnicas, dando lugar a la entrevista cognitiva mejorada. Las nuevas técnicas son: hacer preguntas compatibles con el testigo, crear un buen clima emocional (“rapport”), transferir el control de la entrevista al testigo o crear imágenes mentales de detalles específicos. Por ejemplo, para crear un buen clima emocional el interrogador debe intentar establecer una relación amistosa con el testigo. Además de mejorar el recuerdo y permitir obtener mejores declaraciones, la entrevista cognitiva mejorada también parece promover el bienestar mental: las víctimas afirman sentir mayor control y mayor confianza tras el interrogatorio (Walsh y Bull, 2011).
La entrevista cognitiva mejorada ha demostrado ser más efectiva que otros tipos de entrevista usados por las fuerzas policiales (Fisher y Geiselman, 1992), o que una entrevista estructurada (Köhnken, Milne, Memon y Bull, 1999), es decir, entrevistas creadas por los investigadores siguiendo los criterios básicos de una buena entrevista, como usar preguntas abiertas y no sugestivas. La investigación también sugiere que la entrevista cognitiva mejorada disminuye la cantidad de información falsa, es decir, no presente en el suceso original, emitida por el testigo (Holliday & Albon, 2004).
En conclusión, la entrevista cognitiva mejorada es un conjunto de técnicas que permite mejorar la calidad del testimonio. La investigación sobre el tema muestra que esta entrevista es mejor que otras técnicas utilizadas para entrevistar testigos, no sólo respecto a la cantidad de información recordada, sino también en otros aspectos.
Financiación
Este trabajo está financiado en parte por la «Fundação para a Ciência e a Tecnologia» de Portugal (beca SFRH / BD / 84817/2012).
Referencias
Fisher, R. P., y Geiselman, R. E. (1992). Memory-enhancing Techniques for Investigative Interviewing: The Cognitive Interview. Springfield, Illinois: Charles C. Thomas.
Fisher, R. P., Milne, R., y Bull, R. (2011). Interviewing cooperative witnesses. Current Directions in Psychological Science, 20, 16-19.
Geiselman, R. E., Fisher, R. P., Firstenberg, I., Hutton, L., Sullivan, S. J., Avetissian, I. V., y Prosk, A. L. (1984). Enhancement of eyewitness memory: An empirical evaluation of the cognitive interview. Journal of Police and Science Administration, 12, 74-80.
Holliday, R., y Albon, A. (2004). Minimising misinformation effects in young children with cognitive interview mnemonics. Applied Cognitive Psychology, 18, 263-281.
Köhnken, G., Milne, R. Memon, A., y Bull, R. (1999). A meta-analysis on the effects of the Cognitive Interview. Psychology, Crime, & Law, 5, 3-27.
Vrij, A., Mann, S. A., Fisher, R. P., Leal, S., Milne, R., y Bull, R. (2008). Increasing cognitive load to facilitate lie detection: The benefit of recalling an event in reverse order. Law and Human Behavior, 32, 253-265.
Walsh, D., & Bull, R. (2011). Examining rapport in investigative interviews with suspects: Does its building and maintenance work? Journal of Police and Criminal Psychology, 27, 73-84.
Manuscrito recibido el 15 de noviembre de 2013.
Aceptado el 30 de diciembre de 2013.