Fernando Gordillo (a), Lilia Mestas (b), José M. Arana (c), Juan José G. Meilán (c), Miguel A. Pérez (a)
(a) Dept. de Ciencias de la Salud, Universidad Camilo José Cela, España
(b) Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, Universidad Nacional Autónoma de México, México
(c) Dept. de Psicología Básica, Psicobiología y Metodología, Universidad de Salamanca, España

(dp) Pato sin charco.
La valoración que los demás hacen de nuestra personalidad tiene un importante efecto sobre las interacciones sociales. La emoción expresada juega un importante papel en esta valoración (p.ej., la sonrisa nos hace parecer más extrovertidos). Sin embargo, no le damos tanta importancia a la información previa que tiene el perceptor sobre nosotros ni a la coherencia entre esta información y la expresión percibida. En el presente artículo analizaremos cómo todos estos factores condicionan la impresión que causamos a los demás, muy importante, por ejemplo, cuando hacemos una entrevista de trabajo, cuando nos “evalúan” como posibles parejas, o cuando nos enfrentamos a un juicio.